martes, 4 de noviembre de 2014

¡Malditos roedores!

MALDITOS ROEDORES

¡Ay! Que, yo pa' mi, que esto no tiene nada que ver con ratas, ni corrupción ni ningún otro tipo de roedores, pero me vuelve loca esta frase tan tonta.

Cuando empiezo a escribir esto es 30 de octubre,cuándo acabaré ya es otra historia, pero es importante la fecha para entender mi estado de ánimo. 
No recuerdo los años que llevo protestando sobre Halloween (en serio, que no me acuerdo, que no es una frase hecha) He puesto en entredicho la fiesta de marras con todos los argumentos habidos y por haber. Que si no es una fiesta nuestra, que si menuda yanquilanada, que ya tenemos nuestras propias tradiciones, que esto no es más que una gran campaña de marketing para que nos gastemos las perras en tontos disfraces... De to´, yo he dicho de to´. Y lo he dicho como si nosotros hubiéramos inventado la Navidad, como si los yanquis no hubieran hecho engordar y vestirse de rojo a un señor que da regalos a los niños (y que debe de usar turbo y por eso los entrega antes que los Reyes Magos), como si yo fuese una fervorosa seguidora de las tradiciones populares.

Y va pasando la vida. Una se va haciendo mayor, muy mayor, y severa, muy severa. Esa coraza, que cada día que pasa se ve endureciendo más y más, y más que nada, por necesidad, porque por el mínimo rasguño se va escapando parte del corazón derretío (Buaf, menuda cursilada acabo de escribir, si no fuera por lo mayor que soy, diría que estoy ovulando)

Y, en plena fase sensiblona, llega Ojosnegros poniendo, precisamente, ojitos. 

Y, juro Sr. Juez, que yo no quería. No sé qué pasó, no lo recuerdo. A mí nadie me avisó. Eso son cosas de mi marido... (¿Qué pasa? me han dicho que en la Facultad de Derecho esto lo dan en 1º de Descargos) Sólo recuerdo que, de pronto, estaba en un supermercado comprando chuches como si no hubiera un mañana. Yo no pensaba en un par de niños comiendo golosinas, yo imaginaba doscientos preadolescentes, en pleno mono de azúcar, invadiendo mi casa. Y no era suficiente. Acabé comprando máscaras,velas, ¡CALABAZAS! Empecé a creer que todo esto de Halloween igual tiene su razón de ser y a mi me estaba poseyendo un espíritu halloweenero y de los mas fuertes. 

El resto de lo que sucedió en las siguientes 24 horas mejor no lo cuento, más que nada por vergüenza... Aún quedan caramelos y chuches en casa, y hace días que dejó de ser octubre.

Pero analicemos la situación. O dicho de otra manera, voy a ir buscando una buena justificación para no parecer una malquedá (Nota Mía: Malquedá, andalucismo, o lo que sea, de mal quedada, que queda mal, eah)

Seamos sinceros, nos va la fiesta y si no nos la dan, nos la inventamos.  No seremos muy creyentes, vale, pero honramos como se merece a la Virgen del pueblo de nuestros ancestros, faltaría más. Porque la Virgen del pueblo nos da alegría, le brindamos a ella la fiesta pero el vino nos lo bebemos nosotros, y luego ella nos da amigos a los que queremos mucho y nunca olvidaremos, hasta pasada la resaca.

Que hay mucho marketing de por medio. Por supuesto. Pero es que, con lo egoístas que somos algunos, o nos obligan a hacer regalos en Navidad o tenemos menos detalles que una fregona.

Y que el día a día nos come. No nos damos cuenta y vamos posponiendo la diversión para mañana, que hoy tengo muchas cosas que hacer. Y si un día hay que comer caramelos, ver pelis de ¿miedo? y hacer el tonto más allá de lo habitual, pues se hace.